A medida que 2020 llega a su fin, la devastación económica causada por la pandemia de COVID-19 no muestra signos de disminuir. El virus en sí y las medidas de lock-down para limitar su propagación han afectado duramente a millones de personas. Cientos de millones de ellas han perdido su trabajo y sus ingresos. Y como siempre, son las mujeres las que pagan el precio más alto.
Oxfam ha publicado un estudio sobre la influencia del coronavirus en la protección social en 126 países de ingresos bajos y medianos. El estudio muestra grandes diferencias en el gasto público entre los países de ingresos bajos y medianos, por un lado, y los países ricos, por el otro. La mayoría de los países de ingresos bajos y medianos no han podido implementar el mismo enfoque “lo que sea necesario” para proteger a su gente y sus economías.
Los resultados muestran que se necesita una respuesta más amplia para evitar el agravamiento de las desigualdades entre y dentro de los países. En la actualidad, la inversión general es baja, muy pocas personas están protegidas y la protección es inadecuada. Aún así, se puede hacer mucho para evitar las peores proyecciones. Si los gobiernos toman las decisiones correctas ahora e invierten en una protección social para todas y todos, las políticas públicas pueden marcar la diferencia.
"Este virus nos hará morir de hambre antes de enfermarnos".
- Micah Olywangu, taxista en Nairobi, Kenia
La protección social es una de las herramientas más poderosas de los gobiernos para reducir las desigualdades, la vulnerabilidad, la pobreza y la escasez. Los gobiernos de Sudáfrica y Bolivia ya están a la vanguardia en el suministro de prestaciones por desempleo, subsidios por hijos a cargo y pensiones de forma casi universal y a largo plazo.
Oxfam está comprometida con la implementación de la protección social universal. Es un componente esencial de un futuro mejor para todas y todos. Los países ricos deben proporcionar apoyo financiero a los países más pobres para garantizar el acceso a una protección social universal para todas y todos.
El análisis de Oxfam es alentador: aumentar el gasto en protección social no tiene un costo, es una inversión inteligente. Los rendimientos son tan impresionantes que definitivamente es una inversión que vale la pena. Para obtener más información sobre este estudio, haga clic aquí. Puedes leer la versión extendida en inglés aquí.